ENIGMA PARA SIMPLES MORTALES.
EL PETROLEO Y LOS “COMMODITIES”.
¿COMO SE FORMAN LOS PRECIOS EN EL MERCADO MUNDIAL?
Wladimir Turiansky.

Hace 40 años, Carlos Quijano, desde los editoriales de MARCHA, nos explicaba aquello de “las tijeras del intercambio desigual”, esto es, el manejo de los precios del mercado mundial por parte de las potencias centrales por cuya vía, tendencia al alza de los productos manufacturados y a la baja de las materias primas, alimentos, minerales, estas potencias centrales se apropiaban graciosamente del excedente generado en los procesos económicos del tercer mundo.

Hoy se supone que las cosas son distintas. El comercio mundial se rige por las reglas de la OMC, es decir, el libre mercado. Se compra y se vende según las leyes de la oferta y la demanda. Claro, con algunas excepciones. Y, oh! casualidad, estas excepciones implican subsidios, cuotas, normas proteccionistas o arancelarias, ¿de quienes?, de las mismas potencias centrales, ¿contra que?, contra aquellos productos, tales como alimentos, en los que los países periféricos son claramente competitivos, o las manufacturas, en las que pueden llegar a serlo. Las tijeras siguen funcionando.

Hay algunos cambios, sin embargo.      En el mercado mundial las materias primas se han globalizado bajo la denominación de commodities, definidos como artículos de escaso valor agregado, con pocas diferenciaciones de origen. Entran en esa definición los minerales, el petróleo y los alimentos. Pues bien, hoy vivimos el fenómeno del alza de precios de los commodities. Las carnes, los granos, las oleaginosas, los minerales, se cotizan al alza. Y también el petróleo. En el marco de una causa general, la actual onda expansiva de la economía capitalista, que demanda mayores insumos en sus procesos productivos, hay razones específicas en algunos casos, que bien vale la pena examinar.
Me voy a detener entonces en el petróleo, por su carácter paradigmático. Ya veremos de que manera lo que ocurre en este campo repercute en este sorprendente fenómeno de que, por primera vez en mucho tiempo, al menos desde la post-guerra para acá, nuestros productos exportables suben de precio, tal y cual como si aquellas tijeras de Quijano se hubieran desarmado, y la justicia comenzara a invadir el hasta ahora impune mundo del comercio.
Es que el petróleo se comporta de manera escandalosa y sube raudamente hacia horizontes de precios inpredecibles.

¿Cómo se forma el precio del petróleo? ¿Cómo se forma, en teoría, y en un mercado libre, el precio de una mercancía?

Oigamos a Carlos Marx: “toda mercancía tiene un doble valor, valor de uso y valor de cambio. Ese doble valor le da carácter de mercancía. No lo es si no tiene un valor de uso, es decir, si no encuentra en el mercado alguien al cual le sirve, le satisface alguna necesidad. Y no lo es si no es intercambiable, esto es, si no es posible compararla con una mercancía de referencia, universal, a la que llamamos dinero, o sea, si no tiene un valor de cambio. De paso vale la pena recordar que el valor de cambio no lo fija el mercado, sino el proceso de su producción. Ese valor, siguiendo la explicación de Marx, está determinado por el tiempo de trabajo socialmente considerado, utilizado en su producción, que incluye naturalmente el tiempo de trabajo incorporado en la maquinaria y los insumos utilizados a lo largo de la cadena productiva que concluye en la mercancía considerada. Está claro asimismo, por el mecanismo de apropiación de la plus-valía, que Marx explica y que me ahorro, que en el valor de cambio está incluída la ganancia del capitalista, ganancia que no proviene entonces de la diferencia entre el valor de cambio y el precio que obtiene en el mercado.

Bien, tenemos pues la mercancía con su doble valor, en condiciones de ser enajenada en el mercado. En estas condiciones, el libre juego de la oferta y la demanda determina el precio, y, en el marco de las variaciones particulares del mismo en más o en menos respecto al valor, y en un  proceso de “libre concurrencia”, en definitiva el conjunto actúa de manera que ambos, precio y valor, tienden a coincidir.

Claro, Marx emplea el método científico que consiste en construir un modelo libre de “ruidos”, puro, con el cual comprobar una hipótesis de trabajo. Luego hay que pasar del modelo teórico al mercado real, en el que actúan factores distorsionantes como la elasticidad de la demanda, la demanda cautiva, la concentración del capital y el dominio monopólico del mercado, el “dumping”, etc.
Bueno. Pertrechados de este bagaje inicial, llega el momento de preguntarse: ¿cómo se forma el precio del petróleo?

Me permito extraer algunos párrafos  de un por demás ilustrativo artículo aparecido en la revista EL ECONOMISTA, de Cuba, en  su edición on-line. Me he permitido presentarlos con una suerte de título para mayor claridad de los temas abordados.
El artículo, de la pluma del economista Pablo Ramos, se titula: “Sube, sube, sube la marea... negra.”

*Los precios del petróleo y la ley de la oferta y la demanda no se llevan bien: “...La semana económica que cerró este viernes mostró al mundo más paranoico de lo habitual. La razón fue que el combustible que lo hace rotar sobre su eje, es decir, el petróleo, no cesó de elevar su precio, y quedar a las puertas de los 90 dólares por barril (rumbo a los 100, agrego yo).  La explicación de este comportamiento basada en la ley de la oferta y la demanda no satisface –como en muchos otros escenarios- a nadie, por lo cual tanto desde el ámbito empresarial como político se admiten otros motivos ante este incremento de este insumo central a nuestra existencia”.

*El carácter particular de esta mercancía: “... La explotación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) brinda algunas certezas inapelables. Se trata de recursos no renovables, estratégicos y centrales al modo de producción global. La matriz energética mundial depende básicamente del petróleo; el transporte e industrias químicas tienen a los derivados del crudo como su insumo básico y, hasta hoy, irremplazable. Y su apropiación ha desestabilizado regiones enteras y desencadenado el inicio de guerras.”

*El mercado del petróleo: “... ¿Cómo está constituido el mercado del petróleo?. Aunque se encuentra petróleo en prácticamente toda la superficie terrestre y marina, se concentra básicamente en grandes yacimientos en tres regiones concretas: el Medio Oriente, el Mar Caspio y la cuenca del río Orinoco (Venezuela).

A su vez, para un análisis correcto debemos partir de algunas definiciones. En los mercados de explotación de recursos naturales no renovables (todos los minerales lo son) en general, y en el de hidrocarburos en particular, debemos separar los conceptos de producción del de reservas. El primero se refiere a la extracción que se lleva a cabo en este momento, mientras que el segundo describe por cuánto tiempo se van a poder explotar los yacimientos.

Hecha la salvedad, vamos a describir ambos mercados. Los países que más petróleo producen o extraen son Arabia Saudita, con 9.450.000 barriles por día (bpd), la Federación Rusa, con 9.400.000 bpd, Estados Unidos (7.610.000 bpd), Irán (3.979.000 bpd) y China (3.631.000 bpd). La producción mundial es de 83.000.000 de bpd, según datos de 2005.
Pero cuando observamos las reservas certificadas (comprobadas) de petróleo, el horizonte de producción cambia sustancialmente. El primer lugar lo conserva Arabia Saudita, con 261.900.000.000 de barriles, seguido de Canadá, con 178.800.000.000 barriles, Irán (132.500.000.000), Irak (112.500.000.000) y Emiratos Arabes Unidos (97.800.000.000). Las reservas mundiales alcanzan, a 2005, 1.230.000.000.000 de barriles (un billón doscientos treinta mil millones de barriles). (Parece que en un futuro muy cercano deba agregarse Brasil como poseedor de reservas importantes, aún no cuantificadas)

*Los livianos y los pesados: “...Estos datos no se encuentran exentos de controversias. Existen cuatro tipos de petróleo, según su consistencia: crudo liviano, mediano, pesado y extrapesado –también conocido como bitumen o arenas bituminosas. Los dos primeros son los más fáciles de extraer y procesar, mientras que los segundos ofrecen mayores dificultades. El crudo extrapesado, por ejemplo, es casi sólido y debe ser sometido a un proceso previo para poder ser extraído. Por este motivo, las agencias de energía globales no lo contabilizan como reserva certificada. Pero ante los actuales precios y la alta demanda, esta posición podría cambiar en breve.

De resultar así, el primer puesto en el listado de las reservas mundiales pasaría a estar encabezado por Venezuela, que dispone de 1.200.000.000.000 de barriles (un billón doscientos mil millones) en la faja petrolífera del Orinoco, seguido de Canadá, gracias a su equivalente conocido como Arenas de Atasca”.

*El horizonte de las existencias: “...Si se considera el consumo mundial de 2004, y la producción de entonces que ascendía a 82,590.000.000 bpd, las reservas certificadas (1.230.000.000.000 de barriles), el petróleo se acabaría en 2044. (aunque debe remarcarse el carácter condicional de este aserto en virtud de la aparición de nuevas reservas, como es el caso actual de Brasil.).

La estadística nos muestra que el mayor consumidor es Estados Unidos, con 20.730.000 bpd, seguido de la Unión Europea (UE), con 14.680.000 bpd, China (6.534.000 bpd), Japón (5.578.000 bpd) y Rusia (2.500.000 bpd). Primera conclusión evidente: el petróleo se encuentra en forma abundante en aquellas regiones y países de consumo moderado. Ergo, aquellas naciones que más lo queman disponen de reservas escasas.

*¿Oferta y demanda? ¡Vamos, hombre!:  La oferta: “...La comercialización del petróleo no se rige por el simple juego de la oferta y la demanda. El intercambio mundial de este commoditie se encuentra concentrado en pocas naciones. El mayor exportador mundial de crudo es Arabia Saudita, con 8.554.000 bpd, seguido de Rusia, con 7.000.000 bpd, Noruega (3.018.000 bpd), Irán (2.836.000 bpd) y Emiratos Arabes Unidos (2.540.000 bpd). Para evitar la fijación de precios por parte de las empresas petroleras occidentales y manejar el mercado mundial de este hidrocarburo, en 1960 fue fundada la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Bagdad, hoy integrada por Angola, Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Libia, Nigeria, Irán, Irak, Kuwait, Qatar y Venezuela.

La OPEP controla aproximadamente el 43 por ciento de la producción mundial de petróleo, el 51 por ciento de las exportaciones y atesora el 75 por ciento de las reservas certificadas. Su dominio en este mercado es evidente. Además, concentra la totalidad de la capacidad excedentaria de producción de petróleo del mundo, lo que la convierte en el banco central del oro negro”.

La demanda:... “Por el lado de la demanda, la misma ya no se concentra en el Primer Mundo (Norteamérica, la UE y Japón) sino que todo el orbe se ha vuelta más sediento de petróleo. Una información difundida por la agencia británica Reuters señala que, según Tim Guinness, presidente de Guinness Asset Management, la demanda de los países emergentes emula lo ya vivido por el mundo desarrollado entre 1950 y 1970”.

"Es comparable al crecimiento de la demanda que vimos entre 1950 y 1970 en los países de la OCDE (NdeR.: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) Lo estamos viendo nuevamente generado por China, Asia ex-Japón y la India. Supone un crecimiento muy fuerte de la potencial demanda durante 10 a 15 años si el mundo en desarrollo continúa creciendo un 5 por ciento anual. Para mí ese es una escenario razonable," sostuvo el ejecutivo.

Guinness agregó que "del otro lado de la moneda, el suministro no OPEP está mostrando un extremadamente difícil aumento (...) El crecimiento que estamos viendo en el Caspio, Africa occidental, Brasil (...) simplemente no es suficiente para abastecer la (demanda) adicional".

*¿Estamos en la rama del descenso de la campana de Hubert?: “... No obstante cualquier explicación que podamos dar sobre el motivo del alza del precio del barril de crudo, a mediano y largo plazo no se avizora una baja del precio. Porque no debemos olvidar que se trata de un recurso que se agota. La teoría del pico de Hubbert –una influyente hipótesis acerca de la tasa de agotamiento a largo plazo- nos grafica cómo va a desenvolverse el mercado de este mineral. Predice que la producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció, resaltando el hecho de que el factor limitador de la extracción de petróleo es la energía requerida y no su coste económico.

Aunque la comunidad científica no se pone de acuerdo en cuándo se puede producir ese cenit, la curva de Hubbert tiene forma de campana, con el máximo (o cenit) en su centro, a partir del cual se inicia el descenso. Esta parte de la curva se corresponde al de una oferta en descenso. Y los manuales de Ciencia Económica nos han enseñado que, ante una retracción de la oferta, el precio del bien o servicio tiende a elevarse. Con la aclaración de que no existe posibilidad de incrementar lo ofertado por la condición de recurso agotable.

El último factor de peso que se debe citar es la debilidad de la divisa norteamericana. El dólar ha retrocedido frente al euro, el yen, la libra esterlina y el yuan. Por lo tanto, al cotizarse el precio de los commodities en la moneda verde, su depreciación eleva el precio de los bienes y servicios atados a su evolución. El hecho de que la Reserva Federal maneje la máquina de emitir de la moneda mundial le permite a Washington poder exportar su inflación. Es decir, que una depreciación del dólar reacomoda hacia arriba todos los precios mundiales.

¿Existe, entonces, una solución definitiva a este incremento? La respuesta es negativa. La actual matriz energética mundial está basada en el consumo de petróleo. Ergo, para hallar esa solución terminante se debe abandonar la matriz presente y reemplazarla por otra, que sea sustentable en el tiempo.

¿Existe, entonces, una solución transitoria? La respuesta es afirmativa. Pero de consecuencias negativas. "La demanda petrolera es tan importante para el transporte y el transporte es tan importante y relativamente barato que el precio del crudo podría tener que subir a los 150 dólares por barril para realmente erosionar el consumo," opinó Guinness. Esto es, que una recesión mundial podría detener el alza del petróleo…

El panorama no es para nada auspicioso. La respuesta a la pregunta ¿qué pasa con el precio del petróleo? es que este recurso fósil originado hace millones de años va a continuar con su carrera ascendente… hasta agotarse por completo”.

Hasta aquí una síntesis del artículo citado.
En resumen, estamos en presencia de un “commodity” no renovable, limitado y cada vez más escaso, con yacimientos concentrados en ciertas zonas, en general no grandes consumidoras. Es hoy por hoy la base de la producción industrial del mundo, del transporte y las comunicaciones. No debe sorprender que el dominio de las áreas de mayor producción y/o reservas es el motivo estratégico central de las potencias dominantes y de sus agresiones. Ahí está Irak como ejemplo paradigmático, y las amenazas sobre Irán. En Irak eran las armas químicas. En Irán las armas nucleares. En uno y otro caso, detrás de esos pretextos, un protagonista: el petróleo.

No es un mercado en que operan libremente las leyes de la oferta y la demanda. La rapiña capitalista se muestra en todo su esplendor.
Por otra parte, en la medida que los yacimientos del petróleo más liviano comienzan a dar signos de agotamiento, se abre paso el mercado de los combustibles más pesados, que generan costos adicionales en los procesos de refinación.

Finalmente, esta situación hace las delicias de los especuladores financieros en los mercados a futuro, como ocurre siempre en mercados con tal dosis de incertidumbre. Es el precio del riesgo. ¿Crece la tensión entre EEUU e Irán? Sube el petróleo. ¿Se acerca un ciclón al Golfo de México? Sube el petróleo. ¿Hay atentados de magnitud en el Cercano Oriente? Sube el petróleo.

En suma, este conjunto de factores determina que, más allá de las oscilaciones propias de las características particulares de este mercado, habrá que adaptarse a la idea de que, como señala el articulista, el precio del crudo seguirá subiendo, subiendo, ... hasta su agotamiento.

Bueno. Dejemos por un momento el análisis del mercado del petróleo y hagámonos otra pregunta:  ¿Adonde van esas enormes cantidades adicionales de dinero, de dólares, provenientes de la duplicación en corto tiempo, de 50 a 100, del precio del barril? Si recordamos que el consumo o la producción se situaba en el 2004 en los 80 millones  de bbd (barriles por día), que el lector tome papel y lápiz y ejercite su aritmética para estimar que representa ese aumento en un año.

Ya tuvimos esta experiencia hace 40 años, en 1973, para ser más precisos. El empuje al alza de aquellos años, al impulso de la OPEP, conmovió los mercados del mundo, generó una crisis muy profunda del sistema capitalista mundial, e hizo rebozar las cajas de caudales de los grandes centros financieros europeos y estadounidenses con los “petrodólares”, como se los llamó entonces. Entre otras cosas, la necesidad del banquero de operar con esos dineros para generar utilidades, razón de ser de su existencia parasitaria, impulsó la corriente de créditos hacia el tercer mundo que, con la complicidad de las dictaduras instaladas en nuestro continente, produjo la crisis del endeudamiento de la década del 80, cuyas consecuencias aún sufrimos.
Y otra vez las tijeras, las famosas tijeras del intercambio del querido y recordado Dr.  Quijano, se hacen presentes. Para nosotros, pequeños “tomadores de precios”, como no se cansa de recordarnos el comp. Daniel Martinez, presidente de ANCAP, es “sangre que se nos va”. Hoy el precio del combustible se sostiene con exoneraciones fiscales, que, aunque preferible como forma de evitar mayor inflación, es otra forma de pagarlo. Como es muy probable que ya en enero de 2008 haya que reflejar en los precios internos estas realidades, sería muy importante hacer nuestro un sabio consejo dado por Fidel Castro hace poco a la prensa cubana, en el sentido de explicar al pueblo como se forman los precios, del petróleo en este caso, y cual es el arte de “birlibirloque” por el cual se nos llevan bonitamente buena parte del excedente económico generado con nuestro trabajo, quien es el “birlibirloquero”, y que debemos hacer al respecto.

Por último parece necesario referirse a otro fenómeno que tiene que ver con los commodities y sus precios, fenómeno derivado del petróleo.
Tenemos por un lado la carne. Sin duda circunstancias derivadas de hábitos alimenticios, la reconocida calidad del producto uruguayo, pero también el cierre de algunos mercados por epizootias, sea la aftosa o la “vaca loca” por ejemplo, posibilitaron no sólo el ingreso de nuestras carnes a grandes mercados, sino precios impensados en otros tiempos. Es bueno para el país, en la medida que representa un importante ingreso de divisas y contribuye al equilibrio de nuestra balanza comercial. Ahora bien. Aquí juegan las reglas del comercio mundial, globalización y OMC mediante. Por ellas el precio de un commodity es un precio internacional, y su comercialización se realiza libre de normas proteccionistas, como por ejemplo los subsidios a la producción local. Por su parte el productor local, léase frigoríficos, no diferencia los mercados a los cuales vende su producción, y los precios a los cuales lo hace en el mercado interno son los mismos del mercado internacional, siempre, claro está, que la demanda allí se mantenga insatisfecha. Nos encontramos así con la paradoja de que como país procuramos los precios más altos para nuestros productos exportables, pero como consumidores estamos sintiendo que pagamos esos productos, digamos la carne, como si fuésemos comensales norteamericanos o europeos, cuya capacidad de compra es varias veces superior a la nuestra.

Pero ahora se agrega otro fenómeno. La amenaza cierta del agotamiento más o menos cercano del petróleo, si se mantienen los ritmos actuales de extracción, lleva a los países consumidores, el mundo en una palabra, a buscar alternativas, y surge el desarrollo de los bíocombustibles, tanto en la esfera de los aceites combustibles procesados a partir de oleaginosos, como la fabricación del etanol, añadido en porcentajes entre el 5 y el 25% a las naftas, obtenido a partir de la caña de azúcar, el sorgo y el maíz. Y como no podía ser de otro modo, los precios de estos “commodities” se disparan, y con ello, como ya experimentamos en el caso de la carne, ahora las poblaciones cuya dieta se basa en el maíz, por ejemplo, se enfrentan a precios que se les tornan inalcanzables. Así funciona el modo de producción capitalista, sus insondables misterios.

No sé si nosotros, aquí en este punto del planeta, pequeña porción del tercer mundo, podemos hacer algo al respecto. Capaz que sí. Capaz que hay caminos, los de la integración latinoamericana, que nos permitan contribuir a cambiar tal estado de cosas. Pero lo que sí creo que podemos, y debemos hacer, es explicar, con mayor claridad de lo que yo he intentado hacer, en forma persistente y masiva, por todos los medios que seamos capaces de construir, estas cosas. Son los caminos que contribuyen a la elevación de la conciencia social del pueblo uruguayo, y su comprensión de las dificultades y obstáculos que encuentra un proceso de transformaciones radicales como los que se han puesto en marcha a partir del gobierno frenteamplista. Son los caminos para profundizar ese proceso y avanzar, junto a las grandes mayorías nacionales, en la perspectiva de la construcción de una sociedad libre, justa y solidaria. Esa es la “batalla de ideas” que debemos dar, la única realmente revolucionaria hoy. Eso creo.   

Publicado en Voces del Frente 22/11/2007