PROPUESTA DE LA COORDINADORA B AL PLENARIO NACIONAL DEL FA.

12 DE DICIEMBRE DE 2010.

EL NUEVO COMPROMISO POLÍTICO DEL FA.

Los partidos y agrupamientos político-partidarios que integramos el FA, adherentes y frenteamplistas independientes nucleados en los comités de base, reafirmamos las definiciones originales de nuestra fuerza política en su contenido democrático, nacional, popular y antioligárquico, siguiendo así el legado artiguista de no tener más enemigos que los que se oponen a la pública felicidad, y con clara definición antiimperialista.

A partir de tal definición, hoy, en la práctica cotidiana, desde el llano y desde el gobierno, aprendiendo y recogiendo experiencias, cada uno de nosotros, sin renunciar a nuestros propios objetivos finalistas, comprometemos  nuestro esfuerzo permanente en el objetivo común de avanzar en la dirección de un proyecto de país basado en la libertad, la democracia, la igualdad, la justicia y la solidaridad.

En tal sentido, 40 años después de aquellas definiciones fundacionales, en los nuevos contextos nacionales, regionales y mundiales, con la experiencia acumulada en nuestra práctica política, nos comprometemos ante la ciudadanía uruguaya a elaborar, en dialogo permanente con el pueblo, nuestro nuevo programa pensado para el largo plazo, y cuyas ideas centrales habrán de permitir  delinear los rasgos fundamentales de nuestro proyecto progresista, el tipo de sociedad al que aspiramos y al que proponemos aproximarnos en cada etapa de gobierno y siempre por la vía democrática de construcción de los mayores consensos populares.

Entre estas ideas centrales destacamos:

-La valorización de la democracia como ejercicio permanente y cotidiano de ciudadanía, su carácter participativo, en cuanto debate de ideas y capacidad de decisiones extendido a todos los planos de la sociedad, junto a las clásicas formas de la democracia representativa y directa habituales en nuestras instituciones republicanas y aún en las organizaciones de la sociedad civil. La   profundización y extensión de la democracia con estos contenidos a todos los círculos de la vida social, en la producción y en la educación, en la cultura, en las instituciones de gobierno nacionales y en las comunidades.

-El rol del Estado, su papel en la regulación del mercado, su carácter de productor de bienes y servicios en áreas estratégicas que hacen a la soberanía nacional y al cumplimiento de los objetivos de los planes de desarrollo, y sus funciones sociales esenciales tales como la salud, la educación, la vivienda, la seguridad social y ciudadana y de defensa nacional, así como en la redistribución de la riqueza con criterios de justicia, equidad y solidaridad.

-El concepto del desarrollo, pensado como un todo armónico que conjugue adecuadamente el desarrollo productivo y el humano, que sea capaz de aprovechar de modo eficiente los recursos disponibles nacionales y las inversiones de capital externo, en el marco de un plan nacional de desarrollo pensado para el mediano y el largo plazo.

-El régimen de la propiedad de la tierra y de los medios de producción y circulación, a partir de las formas hoy existentes, privada, estatal y social, regulando y protegiendo cada una de ellas con la vista puesta en el interés común.

-En fin, un proyecto de país soberano, respetuoso de la soberanía de los demás, defensor de la paz y del principio de no intervención y de solución negociada de los conflictos, de comercio e intercambio con todos los países de la tierra con independencia de sus regímenes políticos y culturas, y priorizando el proceso de integración regional en lo económico, en lo social, lo cultural y lo político.

Se trata, en última instancia, de retomar y continuar en los tiempos presentes, el ideario de la revolución artiguista de libertad y soberanía, de democracia política y social, y de integración americana.

A partir de estos principios rectores, todos los partidos, y agrupamientos político -partidarios que integramos el Frente Amplio y participamos en sus estructuras orgánicas, los comités de base o cualquier otra forma de organización frenteamplista existente o a constituir, así como los frenteamplistas en general, nos regimos por el reconocimiento de la unidad en la diversidad, por la fraternidad en el debate de las ideas, y reconocemos como conclusión ineludible de ese reconocimiento, la necesidad de agotar los esfuerzos y los tiempos en la búsqueda tenaz del imprescindible consenso en todas las cuestiones esenciales que hacen al programa, a la labor de gobierno y al funcionamiento del FA.

En nuestra condición de fuerza política gobernante, asumimos plenamente nuestro rol, tal como lo definiera nuestro Plenario Nacional antes aun de haber alcanzado el gobierno por primera vez, al señalar que la organización política no puede ni debe agotarse a sí misma en su relación con el gobierno. Debe trascenderlo y elaborar políticas para el futuro.

El gobierno es el hoy, la fuerza política el mañana. Es nuestro compromiso por tanto proyectar la acción de hoy hacia el futuro, darle perspectivas al gobierno, pues él, sin la construcción de esas perspectivas, se agotaría en si mismo.

Por ello, la relación entre la fuerza política y su gobierno  para cumplir con los objetivos planteados, debe encararse estableciendo un adecuado equilibrio entre la función de orientación global que ejerce la fuerza política, y la necesaria autonomía de gestión que debe existir para gobernar eficientemente.

AsÍ, la relación de la fuerza política con su gobierno se sostiene sobre tres grandes pilares:

Autonomía relativa, es decir, el mutuo reconocimiento de que hay ámbitos, reglas y  tiempos que son distintos y que ambos, gobierno y fuerza política, tienen derecho a ser reconocidos como tales;

Coordinación, en el entendido de que las acciones de uno y otro apuntan a los mismos objetivos estratégicos, por lo que debe buscarse que se potencien mutuamente, que sean armónicas y entendibles como parte de un mismo proyecto;

Responsabilidad, esto es, la plena conciencia de que la toma de decisiones y la definición de los cursos de acción implican a la sociedad en su conjunto, por lo que quien las asume no puede obviar las consecuencias de sus decisiones, y debe valorarlas siempre con la vista puesta en los objetivos programáticos que todos, en el gobierno y en la fuerza política, nos hemos propuesto públicamente alcanzar.      

Forma parte de este rol el trabajar por el desarrollo de una nueva cultura política basada en la honradez, la cristalinidad y el cumplimiento de la palabra empeñada frente al pueblo.

En tal sentido, reafirmamos el compromiso asumido por los frenteamplistas que desarrollan tareas de gobierno, ya sea por elección ciudadana o por designación en labores de gestión y administración, de cumplir sus labores de acuerdo a la ética señalada, rechazando y combatiendo toda forma de corrupción y de utilización de cargos públicos para fines ajenos a sus propósitos específicos.

Corresponde que reiteremos la estrategia de nuestra fuerza política en la presente etapa, que no es otra que la de trabajar por la forja del bloque social y político expresión de las grandes mayorías nacionales, que sustente nuestro proyecto de país y posibilite avanzar, paso a paso y con esas mayorías, hacia su concreción.

Para cumplir con éxito estos propósitos consideramos imprescindible actualizar y poner al día las estructuras y formas de funcionamiento del FA, así como sus órganos de dirección, a partir de los preceptos anteriores y asegurando para nuestra organización, y en todos los niveles, el ejercicio pleno de la democracia con los contenidos que hemos delineado para nuestro proyecto político de sociedad.

Los comités de base fueron una genuina creación popular y expresaron el contenido popular y democrático de nuestra fuerza política desde sus orígenes. Siguen siendo hoy una herramienta imprescindible en la tarea de extensión y profundización participativa de la democracia, objetivo central en la forja de una sociedad realmente libre y genuinamente democrática.

Aún reivindicando la forma asamblearia como la creación histórica que mejor define el contenido participativo de la democracia, deberemos examinar en la necesaria actualización de las estructuras de nuestro Frente, las nuevas formas de participación que la iniciativa popular ha creado, partiendo del principio de que toda modificación de la estructura orgánica de decisión tiene por objeto  incorporar a la misma la mayor cantidad de voluntades.