Por: ALEXIS CAPOBIANCO
Una línea divisoria en el socialismo fue el análisis del imperialismo hacia comienzos del siglo XX. Para Lenin, los bolcheviques rusos y los espartaquistas alemanes, el imperialismo era algo intrínseco al capitalismo, no una "actitud" o una "política" que los países imperialistas podrían "cambiar", dejando de serlo. Pensar un capitalismo, en determinada fase de desarrollo sin imperialismo, sería como pensar un capitalismo sin explotación, es decir, algo imposible.
El desarrollo del capitalismo lleva a la concentración monopólica, a la formación de grandes empresas transnacionales y la división del mundo entre grandes potencias imperialistas y países subordinados, centro y periferia, en los cuáles los primeros ejercen una relación de explotación y dominación política con respecto a los segundos, esa explotación es la que les permite mejores niveles de vida para sus propias clases explotadas, mejores niveles de consumo por tanto, y reproducir su posición dominante en el contexto internacional en el marco de la competencia entre grandes potencias imperialistas. Explotar y dominar a otros países no es una "opción", están obligados a hacerlo por la misma dinámica que impone el sistema capitalista, si es que no quieren perecer, es análogo a la competencia entre las empresas, el capitalista necesariamente explota y muchas veces se ve obligado a profundizar los niveles de explotación, si es que no quiere perecer en la competencia con otras empresas. Pueden existir, a nivel político, en los países imperialistas tendencias más agresivas o menos, pero su objetivo va a ser el mismo: reproducir las relaciones de explotación y dominación a nivel internacional.
Pensar que Europa o EEUU han "cambiado" su "actitud imperialista", no solo es un absurdo teórico, sino que cualquier repaso de algunos hechos demuestra que esto no tiene fundamento empírico: invasiones por el control de recursos estratégicos (Irak, Afganistán), perpetuación de la deuda externa como mecanismo de saqueo: especie de tributo que pagamos a las potencias centrales, continuación y profundización del proceso de transnacionalización de la economía (empresas que no son multinacionales sino que tienen su sede, en la mayoría absoluta de los casos, en los países centrales), competencia entre estas empresas por el control de los recursos naturales: uno de los casos más dramáticos es la guerra civil del Congo, impulsada por empresas transnacionales que apuntan al control del coltán, mineral fundamental para la fabricación de celulares, pero también lo podemos ver en nuestros países con el proceso de extranjerización y concentración de la tierra en manos de algunas empresas transnacionales como UPM, montes del plata, empresas de agrobussiness dedicadas al cultivo de soja, etc. Proteccionismo, a través de diversos mecanismos, de los países centrales, mientras exigen "apertura" y "liibrecambio" a los países dependientes y podríamos seguir en el terreno estructural o económico...pero pasemos al político (aunque no se puede pensar que están divididos como compartimentos estancos). Intentos de golpes de estado en Venezuela, Ecuador, Bolivia contra gobiernos de izquierda que cuestionan la hegemonía imperialista, golpe triunfante en Paraguay (donde estuvo involucrada Monsanto porque el gobierno de Lugo afectaba sus intereses), golpe en Haithí, perpetuación del bloqueo a Cuba, asedio económico, político y militar a todos los países que cuestionan la hegemonía de EEUU (el famoso "eje del mal", que no desapareció con Obama: Irán, Corea del Norte, etc.), financiamiento de fundamentalistas islámicos para derrocar al gobierno sirio, el reciente e inédito secuestro de Evo Morales, el comprobado control TOTAL que ejercen (o intentan ejercer) las agencias de EEUU sobre la población mundial confirmado por el exagente Snowden, el terrorismo de estado que desarrollan los sucesivos gobiernos colombianos con el apoyo técnico, financiero y político de EEUU, el intento de subordinar económica y políticamente a América Latina con alianzas comerciales que acentúan la hegemonía estadounidense: ALCA, TLC, Alianza del Pacífico, esta última con el objetivo más o menos explícito de aislar a Brasil, y se podría seguir en una enumeración muy prolongada, solo mencionemos por último su hegemonía a nivel cultural (el imperialismo cultural), gracias a sus poderosas cadenas de comunicación/desinformación.
Las características enunciadas por Lenin del Imperialismo no solo parecen vigentes, sino que parecen más vigentes aun en el momento actual:
"1) la concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este capital financiero, de la oligarquía financiera; 3) la exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular; 4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y 5) la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes."
Por todas estas razones, pienso que lo afirmado por Tabaré Vázquez recientemente no tiene ningún sustento teórico ni empírico: "El jueves 27, en declaraciones al semanario Búsqueda, Vázquez profundizó en las razones de su propuesta. A su juicio hay un cambio de actitud de Estados Unidos frente a la región, y aunque admitió que son justificadas las críticas que se le hacen por su comportamiento “imperialista” en el pasado, considera que esa actitud ha cambiado. Sin embargo, no explicitó cómo se manifiesta en la práctica ese cambio de actitud: “¿Lo criticábamos por criticarlo o lo criticamos porque queríamos que cambiara de actitud? Entonces si criticábamos para que cambie de actitud y Estados Unidos cambia de actitud, puede haber la actitud de un nuevo relacionamiento”." (http://brecha.com.uy/index.php/politica-uruguaya/2100-te-amo-te-odio-dame-mas). Pero, además, esto nos puede llevar a una política internacional profundamente equivocada (por lo menos desde una perspectiva de izquierda), a aislarnos de la región, y profundizar lazos políticos y económicos con EEUU, que no haría más que reforzar su hegemonía político/económica y nuestra subordinación, como hubiera sido la firma de un TLC con EEUU.
Ese imperialismo que constituye el cuello de botella que impide el avance de nuestro país. En una rendición de cuentas en que sindicatos reclaman aumentos salariales y presupuestales justo, se les niega, y ¿por qué se les niega?, porque se exonera impositivamente a empresas transnacionales, porque no se aumentan los tributos al gran capital (empresas transnacionales o nacionales pero fuertemente asociadas con el capital transnacional en general), porque somos un país endeudado y eso impone una política de austeridad perpetua aun cuando hay recursos, en fin, por razones que tienen mucho que ver con eso que llamamos imperialismo.
El Frente Amplio siempre se denominó antiimperialista, ahora ¿qué sentido tiene esta denominación para este tipo de perspectivas según las cuales el imperialismo sería una cuestión del pasado?
ALEXIS CAPOBIANCO
Montevideo, 7 de julio de 2013