F R E N T E A M P L I O
Palabras de Tabaré Vázquez
19 de marzo de 2004 - Hotel del Prado
Querido compañero Gral Líber Seregni;Queridas amigas y queridos amigos que nos acompañan en este encuentro:
Permítanme comenzar esta breve intervención compartiendo con ustedes un fragmento de una nota escrita hace 25 años por alguien que estoy seguro todos los aquí presentes -y especialmente usted, compañero General- recordamos con especial afecto. Dice ese fragmento: "Conocí a Líber Seregni hace ya casi medio siglo, en los patios de la casona -hoy demolida- de Guaná y Blanes, sede de nuestro viejo e inolvidable Liceo N° 4. Y si de aquellos años data mi amistosa devoción por aquella figura ya entonces tan gallarda pero no más gallarda que la de hoy, el proceso del tiempo ha sumado a aquel sentimiento de afecto nunca debilitado, uno de admiración acrecentada en el ejemplo de las vicisitudes del hombre y del ciudadano.
Las circunstancias me han deparado la oportunidad de estar cerca de Seregni hoy, y esa proximidad me ha agenciado una visión justa de su temple, de su sabiduría, de la eminencia de su coraje y de su equilibrio ....". Esto, querido compañero General, queridas amigas y queridos amigos, lo escribió el Dr. Carlos Martínez Moreno en un artículo publicado por "Cuadernos de Marcha" en mayo de 1979. Y es precisamente a esa dimensión humana y ciudadana de Seregni mencionada por este inolvidable compañero, destacado novelista y eminente abogado que por entonces integraba su defensoría en el proceso supuestamente judicial por el cual estaba preso, a la que yo siento la necesidad de referirme en esta ocasión.
Y ello por dos razones: La primera: porque ... ¿acaso es necesario seguir resaltando hitos y aristas de una trayectoria profesional y política de la cual la sociedad uruguaya en su conjunto ha de sentirse orgullosa y que nosotros, sus compañeros, reivindicamos además con el compromiso de seguir trabajando para estar a tono con ella?
¿Acaso es necesario coleccionar adjetivos para definir una trayectoria signada, entre otras características, precisamente por la "austeridad republicana.
Sinceramente: creemos que ya no es necesario. Pero además -y esta es la segunda y tal vez principal razón por la que quiero referirme a la dimensión humana y ciudadana de nuestro homenajeado- es que ser un buen profesional o un destacado político es bastante más sencillo que ser buena gente y buen ciudadano.
Y usted General, no solamente es un buen profesional y un destacado político. También es -o mejor dicho: sobre todo es- buena gente y buen ciudadano.
queridas amigas,
Queridos amigos: Creo que no está demás resaltar esto de ser "buena gente" y "buen ciudadano" en estos tiempos en que entre tanta globalización sobresalen la globalización de la desigualdad, la globalización de la intolerancia y la globalización de la frivolidad. Seguramente a la humanidad le iría bastante mejor de lo que le va si ser "buena gente" y "buen ciudadano" no fuera ridiculizado por el poder hoy dominante a nivel mundial o presentado como un negocio anacrónico y ruinoso por los defensores de ese nuevo orden. Creo también que es necesario reivindicar la importancia de ser "buena gente" y "buen ciudadano" cuando la sociedad uruguaya se apresta a transitar un proceso electoral en el cual está en juego, más que su próximo equipo gobierno, su propio futuro como nación, es decir el proyecto que queremos para el Uruguay. Porque los proyectos nacionales son, sustancialmente, construcciones humanas y ciudadanas.
Creo además que es válido que nuestro propio proyecto político -este proyecto del cual usted General fue forjador y es referente- no olvide ni por un instante que no hay estrategia política, ni propuesta programática, ni planes de movilización, ni campañas publicitarias que valgan si las mismas no tienen el sustento ético del compromiso con la paz, con la libertad, con la democracia y con la justicia.
Creo, finalmente, que resaltar esa dimensión humana y ciudadana de Seregni es un acto de estricta justicia a su persona y a su trayectoria. Porque el compromiso con la paz, con la libertad, con la democracia y con la justicia es una seña de identidad que ha pautado todos y cada uno de los actos de la vida del General Seregni. Compromiso y acción que bien pueden resumirse en el acontecimiento que hoy evocamos y que motiva esta reunión.
Pues..... ¡vaya si hubo compromiso con la paz, la libertad, la democracia y la justicia aquel 19 de marzo de 1984!!, y ¡vaya si hubo dimensión ética y sentido patriótico en los gestos y las palabras de aquel hombre que recuperaba la libertad -el bien más preciado de cualquier ser humano- tras casi once años de prisión!! Pocas veces en tales circunstancias una persona alcanza tal estatura moral y política. Usted la alcanzó, General, y ello constituye una marca indeleble que en lo personal llevamos con el orgullo de ser sus compañeros y con el compromiso de ser consecuentes con la misma.
Querido General,
Amigas y amigos: Carlos Martínez Moreno cerraba la nota referida al inicio de esta intervención expresando lo siguiente: "Desde tierras americanas distantes a las de la patria hoy lo saludo y si ésta no puede llamarse, por las condiciones en que se produce, la salutación de un optimista, fía sin embargo un voto confiado a la certidumbre de que el alma humana -cuando toca las alturas a la que llega en la persona de Seregni- resulta inmune a los embates de la más empecinada adversidad". Veinticinco años han transcurrido desde aquel mayo de 1979.
Las circunstancias de hoy son diferentes a las que entonces condicionaron "la salutación" de Martínez Moreno. Pero su "voto confiado" sigue vigente y lo reivindicamos.
Querido compañero General:
Creo interpretar el pensamiento y el sentimiento de todos los aquí presentes y de muchos más que por diversas razones no están aquí, si le digo gracias. Gracias por compartir junto a Lilí (cuya silenciosa y pertinaz labor también reconocemos), esta noche con nosotros. Gracias por demostrar que la vida puede ser larga y alta a la vez. Gracias por su aporte al Uruguay. Gracias por la siembra de ese proyecto progresista cuyos frutos queremos cosechar también con usted.
Gracias.
Montevideo, 19 de marzo de 2004
Hotel del Prado