Sectores de la clase media manifestaron su preocupación ante el anuncio de la manifestación de campesinos encabezada por CNOC y CODECA y con participación de trabajadores públicos y universitarios. Se les afirmó que serían manifestaciones pacíficas, organizadas y con poca incidencia en el acontecer nacional; pero hubo algunas voces de oposición, aduciendo que se afectaría el movimiento pacífico por la dignidad. Eso no ocurrió en absoluto. Hubo multitudinarias manifestaciones en 21 departamentos del país (los organizadores indican 100,000 personas) y las consignas fueron muy claras: 

  • La renuncia del presidente Otto Pérez Molina y de los 158 diputados al Congreso. 
  • Aplazar la fecha de las elecciones. 
  • Que la Corte de Constitucionalidad convoque a integrar una Asamblea Nacional Constituyente. 
  • La nacionalización de la energía eléctrica. 
  • Castigo y cárcel para los funcionarios corruptos. 
  • Renuncia de jueces y magistrados señalados de corrupción. 
  • Que se aprueben las reformas a la Ley Electoral, de lo contrario suspender las elecciones. 

Nada ajeno a las demandas reiteradas desde la Plaza de la Constitución a lo largo de 15 semanas (con excepción del tema de la energía eléctrica que es muy pertinente). Todo lo contrario, 100,000 voces en todo el país se suman a las 50,000 de la Plaza. No hubo paralización de tránsito; pero sí se demostró que el país podría paralizarse en su totalidad si los “poderosos” no atienden las demandas de la ciudadanía. Es hoy posible la gran alianza clase media-obreros- campesinos- pueblos indígenas que podría transformar Guatemala para el siglo XXI y ser ejemplo en América Latina. 

Cápsula informativa 092-15 

Guatemala y su Diáspora, 6 de agosto de 2015, Secretaría de Asuntos Políticos de la RPDG