Daniel Banina
6/07/2021

LA SORPRESA COMO MECANISMO

Ocurren determinados acontecimientos, determinados hechos político-sociales que provocan determinadas reacciones en los actores políticos que trataremos de descifrar desde la ideología.

Veamos:
A comienzos del 2018, cuando se descubre el “archivo Castiglioni”, se pone al descubierto una compleja trama de seguimientos, escuchas, infiltraciones y un sinfín de actividades de espionaje bien entrada ya los años de recuperación democrática.

Los distintos actores implicados reaccionaron:

  • Las autoridades cívico-militares de la época juran que nada sabían y tratan de poner en duda la credibilidad de la información.
  • Los partidos de derecha, entonces en el gobierno y en el 2018 en la oposición, piden que el poder judicial lleve adelante la investigación en busca de los responsables; para ello, eleva lo actuado por la comisión parlamentaria, al ámbito judicial; lo políticamente correcto.
  • La izquierda progresista denuncia, acusa, protesta y sobre todo se sorprende. Algo así, como -¿espiando en Democracia? ¡Horror! ¡Las FFAA y muchos de los integrantes de los partidos tradicionales no son democráticos! ¡Más horror!

La pregunta a hacerse es si este episodio que ha quedado al descubierto ¿da para la sorpresa? Una actitud posible es; nos hacemos los sorprendidos para enfatizar nuestra denuncia y aparecer frente a la sociedad como los mayores, sino los únicos defensores de la democracia.

Veamos: Hay dos grandes democracias que se han desarrollado, la que podríamos denominar “greco-romana” y la “burguesa”. Lo que las distingue es muy evidente; en sus bases materiales, una se basa en el esclavismo y otra en el capitalismo. Pero también tiene semejanzas, tienen elementos en común.

Tal vez la más trascendente sea la participación igualitaria en la toma de decisiones políticas, de la llamada “democracia directa” de las relativamente pequeñas ciudades griegas, a la “democracia representativa”, incorporada a la gigantesca superestructura del capitalismo.

El grado de participación ha ido profundizándose, así en la Europa de mediados del Siglo XIX se logra el voto universal masculino. Ya entrado el Siglo XX se va consolidando el voto femenino.

En Europa y luego en el resto de occidente se consolidan las repúblicas y las monarquías parlamentarias y como consecuencia inevitable y deseable, los partidos políticos.

Es en esa 2ª mitad del Siglo XIX se forjan y se consolidan las Democracias Políticas (DP). Importante estructura política y social a profundizar y defender. Un importante formato de participación popular eligiendo, de diferentes formas las distintas autoridades, por diferentes acotados períodos.

Pero la estructura de poder del capitalismo no se agota en la Democracia Política.

Ahí está como componente clave de la superestructura de las diferentes formaciones económico-sociales que conforman el modo de producción capitalista; la cultura.

Con un sentido abarcativo y globalizador; cine, música, literatura, las artes en general, radio, TV, prensa escrita, la publicidad, la manipulable Internet y sus redes, la historia oficial, las religiones. Este gigantesco aparato cultural produce y condiciona la conciencia social e individual; actúa, fundamentalmente, a través del inconsciente, generando ese súper yo social que nos dice que creer, nos convence cual es “el sentido común”; nos dice que comer, beber, gustar, adorar amar, odiar, enjuiciar, perseguir, condenar, comprar, votar.

Es la ideología dominante de Marx, la hegemonía cultural de Gramsci.

Esa Cultura Hegemónica tiene también lo que se ha denominado “aparato burocrático-militar del estado”, que se compone: -del poder judicial, -de los distintos Ministerios, social, de turismo, ganadería y pesca, de educación y cultura, relaciones exteriores; -también de las intendencias y los entes autónomos y servicios descentralizados. -Y, necesariamente, Ministerio del Interior y de Defensa.

Toda esta estructura es penetrable en tanto esté funcionando la Democracia Política; pero de hecho, funciona como un gigantesco aparato de poder, teniendo en su componente armado un poderoso determinante en última instancia.

Ese aparato es al que recurre la clase dominante, para defender y asegurar su Democracia; así ha sucedido con Zelaya en Honduras, con Lugo en Paraguay y con Dilma en Brasil (procesos que nadie llama dictaduras) y con los típicos golpes de estado del Plan Cóndor, (procesos a los que nadie llama democráticos).

En definitiva, Democracia Política y Dictadura son dos caras de la misma medalla: la Democracia Burguesa.

Este periplo por el ABC del materialismo histórico es para decirle a los compañeros progresistas, ¿aparatos de inteligencia funcionando; espiando en Democracia?

Por supuesto; siempre fue así y mientras se mantenga el capitalismo, seguirá siendo así.

Es más, la actividad de los Servicios se despliega con mayor intensidad bajo DP, ya que es el momento en que hay una mayor actividad de los partidos, sindicatos, organizaciones sociales y con menos precauciones.

La actitud de sorpresa e indignación por espiar en democracia, reafirma la idea que democracia, así, a secas, tiene valor en sí mismo. Y además los compañeros que se dicen y se sienten marxistas, desaprovechan de explicar, de esclarecer el real significado del capitalismo y su Democracia Burguesa.

Continuará…