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ANTE LOS 100 AÑOS DEL
NACIMIENTO DEL MAESTRO JESUALDO
El 22 de
febrero se cumplieron los 100 años del nacimiento de Jesualdo, destacado
pensador cuya obra mayor se ubica en las
ciencias de la educación pero se extiende también al campo de la literatura y
la historia. Este
aniversario constituye una oportunidad para rescatarlo del olvido en el que ha
permanecido, aún después de haberse recuperado la democracia, olvido
inconsciente o interesado, que ha impedido a la joven generación conocer su
valiosa contribución a la cultura nacional.
La Ley
General de Educación 14101 de enero de 1973, allanó el camino a la dictadura
para conducir al tremendo deterioro que se ensañó con la enseñanza pública y
que llevó a la marginación de personalidades como Jesualdo, a quien le fue
prohibida toda actuación pública y cuyos libros fueron retirados de
circulación. Este hecho reitera la persecución de la que había sido objeto
durante la dictadura de Terra, cuando publicó su libro “Vida de un maestro” en
el que denunciaba la situación que atravesaba nuestra escuela rural.
Más tarde
un dictador de turno en Guatemala ordenó la quema de sus libros porque tampoco
toleró su visión filosófica de la educación, ni su lucha a través del Comité
de Unidad y Defensa del Magisterio Americano, ni su calidad de comunista. Por otra
parte su recuerdo adquiere mayor significación en el momento especial que vive
nuestro país ya que revisar su obra en estas circunstancias será un fecundo
aporte particularmente en lo relativo al área educativa. Ante la asunción de
un nuevo gobierno que representa a un pueblo ansioso y esperanzado en el
cumplimiento de las reivindicaciones por las que viene luchando desde hace
tanto tiempo, recuperar el pensamiento de Jesualdo nos convoca porque fue un
luchador por los derechos del niño y de los docentes, por la escuela pública,
por la justicia social. En este
sentido es fundamental rescatar su condición de humanista revolucionario, como
muy bien lo definió Aníbal Ponce, otro esclarecido pensador también bastante
olvidado.
En primer término es necesario recordar al Jesualdo analítico,
crítico y luchador por la escuela pública. Sus inquietudes lo llevaron a
estudiar magisterio, profesión que lo vinculó de inmediato con la situación
política y social y con los graves problemas que padecía la escuela. Comenzó
tempranamente la lucha reflejando su rebeldía en su libro “Vida de un maestro”
publicado en1935, con el que multitud de maestros latinoamericanos se vieron
identificados porque él supo expresar lo que sufrían en el drama cotidiano de
sus escuelas, en las que la pobreza de los niños se unía a los medios
insuficientes de que disponían para llevar a cabo su labor. En el
prólogo de la primera edición del libro, dedicó sus palabras a María Cristina
Zerpa, su ejemplar compañera y fundamental apoyo para el desarrollo de la
experiencia sobre expresión creadora realizada en la escuela de Canteras de
Riachuelo, departamento de Colonia.
Las siguientes frases de dicho prólogo
deberían estar inscriptas en la tapa de las carpetas de trabajo de los
gobernantes que se van a ocupar de la educación: “María
Cristina: ...Contigo hemos alcanzado desde la simple pasión de ver al niño
como una flor, límpido y hondo, hasta la tempestad de verlo quebrarse debajo
del cielo como un sacrificado. Es que la historia, por vieja se repetirá
mientras los hombres sean ciegos y sordos...” Otro
aspecto a destacar es la visión humanista de Jesualdo arraigada en el
destino común de los latinoamericanos. A partir del reconocimiento de “Vida de
un maestro” en nuestro país y en el extranjero, fue llamado para ejercer la
docencia, dictar conferencias y participar en congresos.
En ese peregrinaje
por América fue testigo de los problemas que sufría la enseñanza a nivel
continental y esto lo reflejó en sus libros “El niño y la educación en
América Latina” y “La educación y la cultura en América Latina”. Trabajó como
asesor en educación durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en México y
posteriormente en los comienzos de la Campaña de Alfabetización en Cuba. Además del
contacto con la realidad política y social, se ocupó de investigar las
tradiciones pedagógicas e históricas de nuestro país y de otros países de
América. Es así que escribió: “17 Educadores de América” , “La escuela
lancasteriana”, “Ideas pedagógicas de F.A.Berra”, “Vaz Ferreira, pedagogo
burgués”, “Formación del pensamiento racionalista de J.P.Varela”, “Artigas,
del vasallaje a la revolución”,etc.
Conocer nuestras tradiciones pedagógicas
es una exigencia que favorecerá la reflexión, no para volver a lo mismo y
repetir mecánicamente lo que ya fue dicho, sino para analizar nuestras fuentes
con criterio creador, en el acuerdo o la discrepancia, y convocar el profundo
y necesario debate sobre educación, tema que desde siempre fue una prioridad
para nuestro pueblo. Hoy
asistimos al fenómeno de que el interés por pensadores europeos y de EEUU, a
veces promovidos por los grandes circuitos de dominación, y que poco tienen
que ver con nuestra realidad, nos hacen olvidar a nuestros propios pensadores
vernáculos cuyas ideas permanecen vigentes. Hay una
gran coherencia en la trayectoria de la obra de Jesualdo.
Desde el inicio de
sus investigaciones sobre la expresión creadora proponía formas de
desalienación mediante una educación liberadora destinada al desarrollo
integral de los seres humanos. En sus últimas obras estudió la articulación
pedagógica del aprendizaje con el trabajo productivo social, centrándose en la
idea de la incidencia del trabajo en la formación cultural de la juventud,
investigando las ideas relacionadas con la educación en los teóricos que
proponían cambios profundos en la sociedad. Estaba
trabajando en su ensayo “Vigencia de la educación en Lenin” cuando se desató
la dictadura en nuestro país y esta obra quedó inédita.
El tema de la
articulación del aprendizaje con el trabajo productivo social se vincula
estrechamente con el de la división del trabajo manual y el trabajo
intelectual y para Jesualdo es esencial estudiarlo e incorporarlo con carácter
pedagógico a los planes de estudio desde la escuela, lo que abriría
significativas perspectivas metodológicas teórico-prácticas. Como
podemos apreciar, el pensamiento de Jesualdo convoca a profundizar variados y
esenciales temas, que estarán presentes en las jornadas de homenaje que se
realizarán durante el presente año, lo que además implica rescatarlo como
referente insoslayable en el marco de nuestra cultura. El pasado
22 de febrero se realizó el primer acto de homenaje que se realizó en los
Institutos Normales.
En el mismo, que contó con una nutrida concurrencia, se
propusieron varias iniciativas y se informó de la próxima reedición de “Vida
de un maestro” y de la publicación en breve de un libro del equipo del Taller
Barradas sobre la vida de Jesualdo y su experiencia de Canteras del Riachuelo.
Nancy
Carbajal
Ha quedado
constituida la comisión que promoverá los homenajes a Jesualdo. Las personas
que deseen participar pueden comunicarse por los teléfonos 4809988 – 4814145 –
3589405 – 4110134.
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