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Forjando la Unidad
Sobre la victoria popular de octubre

Iván Solarich

Prólogo.
Escribo estas meditadas líneas luego de la turbonada espiritual que significó el triunfo electoral y el 1ro. de marzo con el ascenso del nuevo gobierno progresista. Lo hago desde el sentimiento, riguroso espacio que defiendo como auténtico encuentro entre la vivencia material, las ideas producidas por la experiencia vital y la comprensión que de ambas se fijan en este cuerpo que somos, biografía y carne con la que transitamos.
Doy cuenta que en estos cuatro meses he visto, leído, escuchado y participado de innumerables revelaciones y puntos de vista al respecto: en el antes, durante y después de este histórico viraje.

1.
Lo primero que deseo aclarar –y estoy pensando sobre todo en los más jóvenes-, es que esta historia no está gestada en 30 años. Que no alumbró con el Frente Amplio en el 71.
Que ese nacimiento fue fruto de... otros muy largos que tuvieron que ver con las primeras luces del siglo XX.
Ideas anarquistas, socialistas y comunistas que “importaron” nuestros abuelos y bisabuelos, que corridos por la hambruna y la guerra cruzaron el océano desde el viejo mundo para instalarse -sobre todo- en el Cerro y aledaños. Ideas proclamadas por algunos pocos, que lentamente van constituyendo Partidos cuya fuente nutricia se halla simultáneamente en las viejas divisas tradicionales y en el Ideario Artiguista.
Obreros que fundan los primeros sindicatos de trabajadores. País de fábricas, de trabajo, y por tanto de clase obrera cada vez más numerosa.
Se comienzan a gestar las Centrales que agrupan a esos sindicatos. Tantas como orientaciones había en el incipiente movimiento sindical. Pasarán muchos años para que todos se agrupen bajo una única herramienta, la vieja y querida Convención Nacional de Trabajadores fundada en el 64.
Central que entre sus principios ya establecía que si fuera necesario -frente a la posibilidad de un quebrantamiento institucional- el movimiento sindical se lanzaría a la Huelga General.
Sería bueno tener en cuenta este tipo de antecedentes, porque sino algún “distraído” podría pensar que cuando efectivamente se llamó el 27 de junio del 73 a ocupar los centros de trabajo para defender la democracia, fue porque “pintó”..

Durante décadas la izquierda (las izquierdas) buscan su camino, sus alianzas. Hacia el 62 las encuentran en dos pequeños agrupamientos: la Unión Popular y el Frente Izquierda de Liberación. Aún, pequeñas expresiones electorales.
En el 59 hay revolución cubana con toda su significación continental y también comienza la gestación del Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros.
Se camina hacia la unidad efectiva de la izquierda, que alcanza en el 70 su máxima creación: el Frente Amplio. Y ya en el 71 este obtiene el 18% de los votos quebrando definitivamente el bipartidismo blanqui-colorado.

Fue, efectivamente por un lado, un proceso de unidad, de confluencia de Programas, de masas, de apuesta pacifico democrática.
Y simultáneamente, por otro, la táctica de la guerrilla urbana, la teoría del foco. Si se quiere, objetivos finales similares. Muy posible. Pero caminos con implicancias muy distintas para conseguirlo.

Comencemos a precisar.
La izquierda agrupada en ese maravilloso invento uruguayo llamado Frente Amplio, no se originó en la Región Militar No.1 a instancias del Gral. Seregni, con el respeto y la admiración infinitos que siento por su persona y trayectoria.
Seregni confluyó, se incorporó a un proyecto que sin duda lo protagonizó como pocos y al cual le sumó su incorruptible y singular personalidad política hasta el final de sus días. Gloria entonces a él, y gloria también a los dirigentes que tempranamente detectaron a este General de carrera brillante y espíritu patriótico y artiguista.
Seamos claros, el General no cursó la Escuela Militar con el propósito de unir a la izquierda. Su vocación fue el Ejercito y su sentido la Patria.
Si alguien se ofende con mis palabras pido disculpas, pues nada hay más lejos de mi intención. Pero siento que no debo ceder al mito que hoy todo lo absorbe con signo fundacional. Y esto, naturalmente no es imputable a nuestro glorioso General, sino a los que lo hemos sobrevivido. En el 70 ya existían Partidos con larga historia. Entre ellos, Partido cuya estrategia (aplicada la teoría a la realidad nacional) fue desde la década del 50 unir a la clase obrera y se logró con la CNT en el 64. Y propuso unir a la izquierda y se logró con el FA en el 70 generando una experiencia inédita en el mundo capitalista: colocar bajo un mismo lema colectivos de orientación marxista y demócrata cristianos.
No pretendo aquí interpretar. Simplemente secuenciar lo que todos sabemos que ocurrió. Los hechos.
Cuando se tiene éxito, las generalizaciones y el barullo suele confundir y esconder la génesis de los acontecimientos.
Cuando hablamos de política –donde la práctica social indica que muchas veces no se debe, no se puede, no conviene o no se quiere decir la verdad- no es una sutileza intentar ser diáfano.

2.
Abro paréntesis.
Permítaseme una modesta referencia personal, por tanto teatral.
Si yo menciono en el teatro “Jubileo”, “El Cerdo”, “Los Músicos” o “Sarajevo esquina Montevideo”, teatristas y espectadores sabemos que hablo de espectáculos logrados y artísticamente exitosos.
Y si yo nombro Trenes & Lunas en el ámbito del teatro uruguayo, muchos dirán que se trata de un equipo que ha encontrado un lenguaje propio y que trabaja en serio y con rigor.
Eso se dice y es verdad.
A pesar de esto, yo no podría cometer la ingenuidad, la estupidez o vaya a saber qué, de expresar que con mis compañeros inventamos el Teatro. Que simplemente somos... porque somos.
Porque sé, que para que nosotros hoy podamos hacer y pensar con la modestia del caso, existe medio siglo de práctica teatral de El Galpón, Circular, Comedia Nacional, Principios fundacionales del Teatro Independiente, personas que son referentes ético-artísticos como Beto Fontana, Nelly Goitiño, Estela Medina, Jorge Curi, Júver Salcedo, Sara Larocca, Héctor Manuel Vidal y otros, y otros, y otros.
Que hasta para discrepar, son para mí ineludibles referentes y les debo (y les debemos me parece) respeto, consideración y amor.
Esta pulsión la catalogo de Mínima Honestidad Intelectual.
Y su memoria y referencia deben presidir mis actos tengan posteriormente el signo que tengan.
Porque es la génesis de lo que hoy soy. Porque también soy producto histórico de un movimiento, de un devenir. No existo simplemente como consecuencia de un acto íntimo, privado y personal.
Y no compartir estos conceptos y este punto de vista -cuando por ejemplo estoy trabajando en la formación de nuevas generaciones en el teatro-, se llama en mi lenguaje carecer de honestidad intelectual.
Cierro paréntesis.

3.
Volvamos a los 70...
En el 72 se reconoce que el Movimiento Tupamaro está derrotado militarmente y su organización totalmente desarticulada.
¿Contra quién se dio entonces el Golpe de Estado? ¿A qué y a quienes intentó frenar la ultraderecha?

Se dice que el dolor genéricamente hablando no es cuantificable, y es cierto.
Pero seamos sinceros.
Mi dolor, mi miedo y abismo de adolescente de 15 años con padres desaparecidos, envuelto en una frazada durante 15 días, torturado sicológicamente al borde del ducto de un montacargas en Maldonado y Paraguay (caverna amplificadora de los desgarrados alaridos de Rafa Sanseviero, Pecos Giambruno, Peter Kroch o Mauricio García), y posteriormente recluido en el Alvarez Cortés, jamás podrá ser comparado con el dolor, el miedo y abismo de Mauricio Rosencof –por poner un solo ejemplo-, 12 años sucuchado en los aljibes y calabozos de los cuarteles, en diálogo con los grillos y sobreviviendo en la frontera de la sinrazón.
No es cuantificable, está bien. Pero sabemos que no es lo mismo.

Que la inmensa mayoría de los detenidos en el Penal de Libertad y la Cárcel de Mujeres de Punta deRieles hayan sido miembros del Partido Comunista Uruguayo, habla por lo menos de dos cosas: de la inmensa cantidad de integrantes que tenía dicho partido, y sobre todo, de la decisión y convicción de los comunistas uruguayos en la resistencia a la dictadura.

Yo sé que muchos resistimos de muchas maneras a la negra noche, y que todo gesto por mínimo fue valioso y merece respeto y consideración, pero permítaseme un ejemplo.
Haciendo ciclismo, no significa lo mismo (y la dictadura fue una carrera contra la muerte) encabezar el pelotón que ir en la misma dirección “chupando” rueda. La imagen no es peyorativa, denota simple ubicación en el hecho. El “gasto” no es el mismo, no fue el mismo.
Y en el Uruguay, el ciclismo es un deporte muy popular.

4.
Para que Danilo –hoy por suerte Ministro de Economía– fuera senador en las elecciones del 89, el que se corrió y cedió su propio lugar fue Jaime Pérez, a instancias de lo que consideró correcto su propio Partido en aras de la unidad.

La figura que hoy concita la mayor adhesión de la izquierda en nuestro país –y por ende de todo el espectro político- es el Pepe Mujica, nuestro –por suerte– Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Nueve fueron los llamados rehenes de la dictadura. Mujica fue uno de esos nueve, que al igual que sus compañeros sufrieron durante 12 años el encierro y el aislamiento más brutal al que haya sido sometido preso político alguno.
Toda tortura fue bestial, pero casi nada es comparable al martirio de los nueve, incluido Mujica.
Todo eso fue cierto y es indesmentiblemente así, como lo son también su carisma personal, autenticidad en la comunicación y capacidad política para tejer alianzas en esta nueva hora. Pero no estamos donde estamos hoy –en medio de la fiesta festejando– como consecuencia de la táctica política llevada adelante por el Movimiento Tupamaro, ni Tabaré es Presidente desde el 1º de marzo por encabezar el Frente Grande. Mujica recogió la mayor cantidad de votos del país como candidato en las recientes elecciones, no como fruto de la insurrección armada en la que creía y por la que dio una cuota inimaginable de vida y sufrimiento, sino que lo hace en el marco de un instrumento llamado Frente Amplio, más tarde Encuentro Progresista, que en esencia otros forjaron porque tuvieron la convicción ideológica que el camino uruguayo a las transformaciones sería de acumulación de fuerzas con expresión electoral. Democrática, pacífica, sumando amplísimos sectores que se incorporarían desde los partidos blanco y colorado, sin desechar ni la experiencia real del Estado “burgués” ni menospreciando el debate parlamentario.
A ese Partido Comunista (no única, por supuesto, pero innegable usina ideológica y política –basta leer los documentos del XVI Congreso del año 55 en adelante- y aportador multitudinario de brazos concretos para la construcción de esa alternativa llamada Frente Amplio), se lo llamó muchas veces “reformista”.

5.
“Ningún Partido Comunista emerge del fascismo sin dividirse” le dijo alguna vez Janoz Kadar, Secretario del Partido Comunista Húngaro a Rodney Arismendi, refiriéndose a su experiencia concreta en el final de la segunda Guerra Mundial.
Hace 14 años fruto de muchas y complejas circunstancias externas e internas, implosionaba la organización de los comunistas uruguayos, sufriendo el Partido su más grande crisis.
El saldo de ese duro momento fue el alejamiento de muchos miles de compañeros y la continuidad bajo el mismo nombre de un Partido más pequeño y con el tiempo de una menor incidencia en la vida política de la izquierda, basta observar el último resultado electoral.
Muchos comunistas siguieron desparramadamente actuando como hombres políticos en toda la sociedad. Muchos de ellos –justo es decirlo-, luego incorporados a otros Partidos o agrupamientos dentro de la propia izquierda.
Nada de esto entraña juicio alguno ni para los que se fueron, ni para los que se quedaron, ni para los que “pidieron pase”.
A 14 años de los hechos simplemente constato el resultado de aquella eclosión en el rubro destino del recurso humano.

6.
LA DELGADA LINEA ROJA es una bellísima película sobre el carácter de la guerra que pude ver años atrás.
Su maravillosa narración esta realizada en primera persona, y del manejo subjetivo de la cámara se desprenden el paso, la voz y la mirada singular del que cuenta –a saltos- las líneas del propio pensamiento.

Escribo estas urgentes frases como si fuera ese narrador, sin más ánimo que mi verdad y la justicia de lo acontecido.
No es ningún mérito pero me ayuda en la tarea: desde hace años no tengo militancia partidaria. No pertenezco a ninguna estructura y dedicándome por entero al Teatro y perteneciendo con orgullo al movimiento teatral uruguayo, soy un hombre independiente, lo que me posibilita pensar y obrar en el acierto o el error con absoluta libertad, sin pagar tributo a nada que no sea mi propia convicción. Escribo entonces, como decía al principio, con el telón feliz del triunfo electoral, pero incómodo ante tamaña omisión y tantos silencios.
7.Final.
En el balneario Solymar, hasta hace poco vivía un señor que cuando lo mandan a comprar el pan, sistemáticamente tienen que salir a buscarlo porque se pierde: su memoria se extravió.
Hoy tiene 75 años.
Entre el 74 y el 78, volvió tres veces de la muerte después que le arrancaran una a una las uñas de los pies, mientras mantenía simultánea conversación con Marx y Jesús de Nazareth.
Obrero y de padres judíos, era imperdonable que desde la clandestinidad dirigiera el más grande de los Partidos de la Resistencia a la dictadura. Ya había sido imperdonable su investigación y esclarecimiento –como diputado en el año 72– del mayor crimen político del siglo XX en nuestro país: el asesinato de los 8 trabajadores de la 20. Ese Hombre se llama Jaime Pérez, y lo que no pudo la dictadura lo pudo la dolorosa crisis de su Partido que lo culpabilizó de su vacío, por lo que ahora cuando va a buscar el pan hay que salir a buscarlo a él... porque perdió la memoria.
Tengo claro que este asunto le concierne a él y a su Partido. Está bien.
Pero no, no está bien. No estamos bien. Porque lo que sí es asunto del pueblo uruguayo y en particular de su izquierda política, es que en la Hora de la Fiesta, cuando se concreta tanto anhelo de tanto sueño postergado, recordemos, compartamos, la peripecia del Partido de los Presos y los Torturados, por su aporte sustancial y protagónico –por supuesto que unido al de tantos y tantos patriotas con sus organizaciones–, esencial en términos de estrategia política y aporte humano.
Ese partido –sin vergüenza ni vanidad– se llamó Partido Comunista del Uruguay.
Nadie va a pedir ni un cargo ni un monolito, porque nadie obligó a nadie a hacer nada. Se dio lo que se tenía que dar... y se dio con entera convicción.

Reivindico, sencillamente como uruguayo y frenteamplista, el derecho al recuerdo, la invocación, y el agradecimiento a una colectividad entrañable, patrimonio de la mejor historia del pueblo que integro, por una simple razón de justicia histórica.
8.Epílogo.
El 1º de marzo, antes de festejar en la calle y sin haber pegado un ojo la noche anterior, fuimos con mi compañera a visitarlo a su casa.
Acostado, desde la infinita ternura de su mirada, en silencio y con los brazos cruzando su pecho como un faraón, Jaime esperaba...Compañero Presidente Tabaré y demás compañeros todos.
Cerquita, en la calle Ramón Márquez esquina Bulevar Artigas, tendido en su cama y con los brazos en cruz... El Gladiador de todas las horas espera...
Estamos a tiempo.
Lo que esa mirada se lleve para siempre, será con lo que nos quedemos para siempre muchísimos de nosotros. Jaime –al igual que tantos veteranos anarquistas, socialistas y comunistas de la vieja guardia–, representa por excelencia a los tejedores artífices de la férrea malla sobre la que hoy orgullosamente estamos parados y festejamos.
Todavía estamos a tiempo.Porque si no fuéramos capaces de atravesar con hidalguía, modestia y sinceramiento histórico, LA DELGADA LINEA ROJA de nuestro éxito actual, estaríamos groseramente amputando la posibilidad ética de construir el Uruguay que tanto hemos soñado.

Iván Solarich

 

 

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"Nada debemos esperar sino de nosotros mismos"
José Gervasio artigas -primer jefe de los orientales-