2012-01-15

Palabras de Karol Cariola, secretaria general de las Juventudes Comunistas de Chile, en la presentación del libro Ser un joven comunista, el pasado 8 de enero en Chile

En esta mesa nos encontramos personas que sentimos lo que significa ser comunista. Cuando me dijeron ―o asumí la tarea― de escribir un prólogo para textos de Pablo Neruda, Salvador Allende, Gladys Marín, Che Guevara y Fidel Castro, realmente pensé: qué difícil es prologar a estos cinco grandes que dieron ejemplos de vida de lo que significa ser comunista y, más que eso, ser un revolucionario.

Son personas que se entregaron por completo a la labor de construir una nueva realidad para los trabajadores, de construir una nueva realidad para quienes fueron los desposeídos, fueron los explotados.

Cuando me pregunté qué es ser un joven comunista y por qué yo era una joven comunista, la verdad es que nunca logré explicármelo del todo, de hecho para los que quieran conocer este libro y puedan después leer el prólogo, se darán cuenta de que la respuesta nunca fue encontrada.

Tal como lo dice Camilo Ballesteros, ser comunista hoy día y ser un joven comunista en este país no es una tarea fácil, es más bien una tarea bastante difícil. Hemos sido nosotros testigos, no solamente hoy día en este proceso que estamos viviendo, no solamente en este país, en este 2011 lleno de trabajo, lleno de lucha, lleno de gente en las calles, lleno de juventud rebosante en su tarea más fundamental que es generar cambios desde su rol transformador en las calles.

Hemos visto cómo la juventud se ha visto duramente golpeada y lo hemos visto no solamente en el rol que los jóvenes hemos tenido en el momento en que salimos a las calles a manifestarnos, a protestar, cuando son los carabineros, las fuerzas especiales ―quienes hoy día debiesen estar protegiendo a su pueblo―, quienes nos reprimen duramente.

No es fácil ser comunista, no es fácil ser un joven comunista en tiempos como aquellos en que nuestro partido era ilegal, como lo decía el compañero Guillermo Teillier en su discurso. El Partido Comunista ad portas de cumplir cien años en este país, ha tenido treinta y cinco años de ilegalidad y clandestinidad. En esta dirección es que hoy día nosotros tenemos una gran tarea y una gran labor, una tarea, de asumir este desafío.

Los jóvenes que entramos a la Jota [Juventudes Comunistas de Chile] y que decidimos ser jóvenes comunistas lo hacemos desde distintas visiones y desde distintas convicciones, tal como la compañera Gladys lo decía, no todos los jóvenes que entran a la Jota, entran también por convicción, no entran todos por ser marxistas, por ser grandes teóricos del comunismo. Todos los que entramos a la Jota entramos por distintos motivos, entramos probablemente por tener un amigo, por tener un arraigo familiar, por tener una idea que nos representa en la organización, por tener una polola incluso, que está dentro y que los arrastra y en esas distintas dimensiones es que los jóvenes comunistas nos vamos configurando como jóvenes comprometidos con una causa, vamos creciendo y nos vamos desarrollando en la lucha.

El otro día, en una escuela de cuadros con algunos compañeros de la dirección de estudiantes secundarios ―andan varios por acá―, ellos nos preguntaban: “¿Cómo hacemos para que la juventud hoy en día se eduque, para que la juventud tome la conciencia y el deber que debe tener en sus manos?”, y yo les decía, para mí, la juventud comunista se forma en las calles, se forma luchando, se forma en el acto público, en el acto político de estar precisamente todos los días desarrollando una nueva propuesta, nosotros creemos que ―y agradecemos― esta gran oportunidad que hoy día nos da Ocean Sur, que nos da La vida es hoy, esta editorial que pretendemos y esperamos que salga nuevamente a declamar todos aquellos nuevos libros que es toda aquella literatura que no es escuchada, que no es leída.

Sabemos que hoy día vivimos en un país que no comprende lo que lee, qué tristeza es sentir que los chilenos, que las chilenas, que los jóvenes no leen, no comprenden lo que leen, que tenemos un país donde el impuesto al libro es sumamente alto, que el acceso a la literatura es sumamente restringido.

Vivimos en un país donde nos ponen trabas, donde nos ponen restricciones para poder educarnos, para tener acceso al conocimiento. En esas condiciones nosotros creemos que tenemos en nuestras manos una responsabilidad de abrir aquellos muros que nos han impuesto, para poder hacer que nuestro pueblo crezca en esos conocimientos que son necesarios para su emancipación y su liberación.

En esta dirección, la creación de la juventud, no solamente materializada hoy día en este libro Ser un joven comunista, sino que también en un libro con las intervenciones de nuestra compañera Camila Vallejo [Podemos cambiar el mundo], durante todo lo que ha sido este proceso, también hemos creado otras iniciativas.

Vamos a tener posteriormente el lanzamiento de un sello musical, donde podemos ver que la creación de la juventud va más allá de decir o expresarse en programas de televisión o de radio, donde muchas veces se abusa de su condición juvenil.

Nuestra juventud hoy día puede expresarse en ediciones literarias ―como las que estamos presentando― en composiciones musicales como las que vamos a presentar, en composiciones artísticas como las que ustedes pudieron ver, en expresión literaria, en expresión poética. Y creemos que hoy día tenemos una oportunidad más grande que nunca de poder hacerlo porque los contenidos políticos, los contenidos sociales, la experiencia a la cual hoy día nos hemos visto enfrentados ―y no por casualidad― sino porque hemos sido constructores de ello y hemos tenido en nuestras manos la posibilidad de avanzar en un proceso donde hemos logrado poner a Chile, tal como se dice, en un proceso de primavera, en un momento de la primavera de Chile, se está sintiendo y sabemos que la cosecha de los frutos y lo dulces que estos sean va a depender precisamente del esfuerzo que nosotros pongamos en ello y para eso creemos que el esfuerzo no solamente debe venir de la juventud.

Nosotros creemos, y tenemos la convicción, de que esta lucha no es una lucha etárea, no es una lucha de jóvenes y no es una lucha de viejos: es una lucha que tenemos que dar todos en conjunto, que debe dar la sociedad en su conjunto, en unidad, en unidad de acción. En la conformación de una nueva correlación de fuerzas ―donde la izquierda nunca más debe estar dividida, donde la izquierda debe estar unida y caminar en una sola dirección― es que vamos a generar los cambios que este libro entrega. A través de las palabras de la compañera Gladys Marín, a través de Salvador Allende, que en distintos momentos históricos y políticos nos dicen con mucha convicción, “La juventud es el crisol en que se forje este nuevo metal, que va a ser y va a dar la dirección política de los nuevos aconteceres de nuestro pueblo”. Y en esta dirección creo que tenemos una tremenda responsabilidad.

Tal como decía en un principio, definir qué es ser un joven comunista no es fácil, saber qué es ser un revolucionario no es fácil, ninguno de nosotros, ni los más viejos del partido, ni los con más trayectoria, ni los que han vivido más luchas en sus cuerpos y en sus manos, saben ―y creo puedan decir hoy día― lo que significa ser un comunista, desde el sentimiento, de lo que nosotros logramos sentir y palpar todos los días en el momento de levantarnos y saber que en nuestra pieza y en nuestra casa hacia afuera debemos salir a construir y debemos salir a construir no solamente trabajando, sino que también elaborando nuevas ideas, elaborando a partir de los principios que solamente nuestra identidad nos entrega, nos adjudica y nos responsabiliza de la tarea que los jóvenes hoy en día tenemos en nuestras manos.

Yo quiero terminar diciendo que la experiencia muy corta de ser secretaria de las Juventudes Comunistas me pone un tremendo desafío, tanto en lo personal, como también espero en lo colectivo. Hoy día, ser la segunda secretaria general de las juventudes comunistas de su historia también me entrega una tremenda responsabilidad, que sin duda hoy día llevo en mi espalda y todos los jóvenes comunistas llevamos en nuestra espalda.

No quiero terminar sin leerle algunas palabras de nuestra compañera Gladys Marín muy breves, que están contenidas en un texto donde contextualiza los nuevos desafíos para este periodo, cuando ella estaba a la cabeza de nuestro partido y ella nos dice: “La juventud necesita cambiar, salir a la calle, los jóvenes tienen que ser muy jóvenes, la juventud debe discutir todo lo que haya que discutir” y así, compañeros, lo estamos haciendo: la juventud hoy día está creando, la juventud comunista está creando, está discutiendo, pero por sobre todo estamos construyendo.

Agradecemos el apoyo que nos entrega Ocean Sur, el apoyo que nos entrega La Vida es Hoy, porque realmente nosotros como Juventudes Comunistas de Chile queremos seguir avanzando, queremos seguir construyendo y no solos, sino que también con todas las juventudes hermanas de Latinoamérica y de todo el mundo.