lavanguardia.com
01/12/2011

¿Son los eurobonos la solución que permita a Europa aliviar la presión de los mercados sobre su endeudamiento público? Grecia, Irlanda y Portugal intervenidas por no poder pagar sus deudas pendientes y con unos países denominados "periféricos" como España e Italia bajo amenaza diaria de ver dificultadas sus necesidades de financiación en los mercados, la zona euro debate estos días su futuro y el futuro de su moneda común, el euro, en un difícil contexto marcado por la crisis de deuda que los políticos no logran solucionar de forma coordinada.

"Europa dispone de una unión monetaria, pero no de una Unión política que gobierne en un marco económico común. Los eurobonos podría ser el primer paso de la construcción de una política financiera común europea real", asegura un eurodiputado francés a La Vanguardia.com.

En este marco, la Comisión Europea y su presidente José Manuel Durao Barroso han puesto sobre la mesa una propuesta para estudiar la implantación en la zona euro, y por parte de todos los países miembros, de los eurobonos.

Pero, ¿qué son y qué representa este término que puede dar una salida al largo e incierto túnel de la deuda europea que permita devolver credibilidad y confianza para que los inversores de todo el mundo puedan invertir en la zona euro? Y, ¿por qué Alemania como locomotora europea se opone a estos eurobonos?

Según la información facilitada por las autoridades comunitarias, los eurobonos pretenden agrupar todas las emisiones de deuda de los países de la zona euro para buscar financiación en el mercado, entre los que estarían en un mismo bloque tanto la de los países menos endeudados como los más endeudados.

El estudio presentado por Durao Barroso contempla que con los eurobonos los países más endeudados de la zona euro se lo pensarán dos veces a la hora de acudir a los mercados y tomarán medidas de control del gasto y austeridad para reducir su deuda.

Los eurobonos, que podrían rebautizarse como "obligaciones de estabilidad", autorizarían a los países de la zona euro a pedir prestado financiación en los mercados ofreciendo un riesgo único y común a los inversores internacionales y nacionales.

La garantía ofrecida de países más solventes, como lo es Alemania porque la creación de su riqueza puede garantizar el pago de sus deudas a corto, medio y largo plazo, permitiría a países más débiles económicamente como Grecia, endeudarse a menor coste.

La fórmula favorecería la creación de un Tesoror único europeo y de una agencia de calificación propia europea para reforzar el euro, aunque estos dos últimos dos supuestos todavía no se han debatido en la Unión.

La canciller alemana, Angela Merkel, siempre se ha opuesto a la idea de aceptar los eurobonos porque supondría que Alemania responde con sus solvencia por la debilidad de países más insolventes. Aunque en los últimos días la canciller alemana ha relajado su postura en contra de los eurobonos cuando ha visto que su país tuvo problemas para colocar a un interés bajo 6.245 millones de euros en bonos de deuda germana.

La implantación de los eurobonos no sería una solución definitiva para atajar la actual crisis de deuda que padece la eurozona, pero tendría consecuencias inmediatas porque favorecería a países fuertemente endeudados en su sector público (Italia, España, Bélgica o Grecia), pero no a los países más estables porque cederían parte de sus buenos resultados en favor de los países más débiles.  

La introducción de los eurobonos si finalmente se aplica en la Unión Europea deberá realizarse después de que los estados miembros "realicen fuertes medidas de restricció y recortes del gasto presupuestario", tal y como ha afirmado el comisario europeo Olli Rehn.

Si finalmente se crean los eurobonos -como títulos de deuda apoyados por todos los países miembros de la zona euro- desaparecerían las emisiones de deuda de cada estado miembro. Es decir, que ni España ni Francia realizarían subastas de letras a tres meses o de bonos a cinco años, como por ejemplo la que hoy 1 de diciembre ha colocado con éxito el Tesoro Público español pagando un interés del 5%.

Las economías de los 17 países miembros del euro deberían adoptar también una política fiscal común dictada por un Ministerio de Finanzas supranacional y se crearía una agencia de deuda europea que gestionara la emisión de bonos.

Las primas de riesgo como las conocemos actualmente como la diferencia entre el riesgo de la deuda de un país respecto de otro país más solvente (los inversores comparan, por ejemplo, la deuda del bono español con el más sólido que es el bund alemán) desaparecerían y se pasaría a tener un riesgo único frente a los inversores que quisieran destinar sus recursos en la zona euro. 

Otra ventaja de los eurobonos, en este caso para todos los países, es que la zona euro se blindaría ante los ataques de los especuladores.